¡Por fin ha
llegado la primavera, las aves aparecen y sus trinos
animan las calles de nuestras ciudades¡ La vida vuelve a
resurgir…
La Calandria
es un ave, pero también es el nombre de la original
bodega(D.O Navarra) que nos visita esta semana en Señorita
Malauva Valladolid.
El próximo Viernes
28, tendremos el placer de recibir a Javier y Luis,
amigos desde el cole, para presentarnos su novedoso
proyecto “PuraGarnacha”.
Ellos como la Calandria,
anidan en las cepas, un nido pequeño y ligero. Elaboran
vinos muy personales en una búsqueda apasionada y sincera:
La pureza de la Garnacha.
Les gusta poner al
mal tiempo buena cara, dar la vuelta a la tortilla, no
dar gato por liebre, encontrar un roto para un
descosido, la aguja en un pajar y coser y cantar.
En todos sus corchos reza esta leyenda.
Estos amigos creen que la vida es muy corta para beber vinos malos y animan a que probéis:
-SONROJO -
Qué rica es la
garnacha y qué rico el rosadico. Es joven, brillante,
limpio y puro. Huele a fresa, a golosinas, a los ositos
rojos. Cuando lo bebes te gusta más todavía. Tiene la
acidez sincera de la garnacha, limpia la boca, refresca y
te eleva. Simpático y animao. Un rosado de pura garnacha
Navarra, ni más ni menos. Para abrir antes de comer o a
media tarde y que la botella se haga corta.
-VOLANDERA- El
colorcico es precioso, un violeta muy luminoso. Es tanta
la curiosidad por saber a qué sabe que apenas pierdes
tiempo en olerlo. Es súper fresco, ligero, fruta
total: palote, regaliz rojo de disco, kojak… la tienda
de chuches de los ochenta. Entra solo, suave y rápido.
Es para disfrutar fresquito, al sol y sin complejos.
Un vino en su punto y sin pretensiones. Pura garnacha.
Pura fruta.
-CIENTRUENOS- El fucsia intenso del borde ya te avisa
de la fruta que tiene. No puedes dejar de olisquear el
borde de la copa, te alejas, te acercas, te
inclinas…te tiene hipnotizado como si fuese un
perfume. Garnacha nº 5. Antes de saborearla ya intuyes
que es liviana, refrescante y viva, nada del rollo
pesadote y dulzón. Es amable y cariñosa, te invita a
seguir bebiéndola y a dejarte llevar por la
personalidad de la garnacha cirbonera. Dan ganas de
disfrutarla hasta el final.
-TIERGA- Al servir la
copa ya te llega el aroma. Violeta oscuro, opaco,
limpio y brillante. Te reflejas en la superficie
cuando te asomas al borde de la copa. La nariz siente
juventud y madurez al tiempo, la fruta, el frescor y
la elegancia. La barrica está de fondo, sutil y fina,
respetando los aromas propios del vino. Cuando entra
en la boca el ataque es amplio, lo ocupa todo, como el
primer beso, suave y delicado pero firme y largo, muy largo, se resiste a
desaparecer. Deja un rastro a mineral, a tosquilla en
las noches heladas de Tierga.
Esencia
de garnacha pura y sincera.
Para
el maridaje hacemos mención a sus corchos:
-Chistorra
Navarra con pimiento de Piquillo y tosta de Pan de
pueblo.
-Tortilla Paisana: Patata,
cebolla y Pimiento verde.
-Empanada de Liebre “La Giralda de
Castilla”
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